Un proyecto conseguido, no gracias a alguien, sino del esfuerzo de la población europea manifestado por sus gobiernos. El nuevo Estado Federal tiene en sus haberes, “consolidar su papel en la escena de la política internacional”.
Con el paso de los años, el sueño europeo se ha ido haciendo una realidad tangible y sólida desde la caída del muro de Berlín, es decir, que su renacer con adopciones de acuerdos y hechos de intereses comunes; que no se pueden encuadrar entre los llamados “papales mojados”, como sucede principalmente en los continentes del cono Sur; sino que el “Estado Europa” pretendido por el Imperio Romano, Imperio Otomano, Carlo Magno, Carlos V de España y I de Alemania, Napoleón Bonaparte y de alguna manera por Adolfo Hitler, se ha ido formándose, y en el día de hoy, ha adquirido una figura consistente.
Entre las primeras pretensiones planificadas generalmente con el rifle en la mano, y el proyecto común actual, hay una enorme diferencia, mientras que los primeros pretendieron formar a esta gran Europa, desconociendo el “sentido de la vida de las personas”, por mediación de conquistas, guerras, invasiones y destrucciones, los actuales europeístas lo hacen anteponiendo dichos valores, exaltando las Libertades y reconociendo todo derecho humano, por medio de Convenios y Acuerdos.
A la fecha de hoy, los veintisiete Estados que constituyen la UE, tienen cedido parte de sus facultades, razones de la creación, crecimiento y constitución del “Estado Federal de Europa”; con la designación, en la puerta de la presidencia Española, de dos destacados políticos, elegidos consensuadamente por los representantes de los veintisiete Estados, quienes dentro de poco, asumirán la dirección de la nueva Europa Común.
Europa ha elegido un presidente que es el europeísta belga Herman Van Rompuy, de un país fundador de la nueva unificación europea. Bélgica es un Estado integrado en el proyecto de la Unión desde su fundación; por otra parte, se ha designado un representante de la política exterior común europea, la laborista británica Catherine Anhton. Sus poderes y facultades evidentemente están recogidos en un instrumento legal europeo, el “Tratado de Lisboa”, algo así como decir, la Constitución de Europa. Un proyecto conseguido, no gracias a alguien, sino del esfuerzo de la población europea manifestado por sus gobiernos.
El nuevo Estado Federal tiene en sus haberes, “consolidar su papel en la escena de la política internacional”, en estos momentos en los que se hacen conocer, las potencias emergentes como China, India, Brasil y Sudáfrica están logrando un mayor protagonismo. La mayor referencia de estos Estados es el “gigante asiático”, China, también conocido como la “potencia dormida” cuyo papel influyente está ejerciendo dormidamente por todo el continente africano. Mientras que las potencias la estadounidense y la europea condicionan el desarrollo de los pequeños Estados, a China sólo le interesa hacerse conocer en todas las facetas de la vida de los africanos, principalmente.
En defensa y política exterior, la Unión se compromete en contribuir, con los organismos existentes, para la paz mundial y en estabilizar sus relaciones con “los vecinos del Este” y los Estados del Sur del Mediterráneo. Como es bien sabido, la Unión es el Estado que mayor se ha comprometido en establecer la igualdad como una estrategia del reconocimiento de los Derechos de los Hombres, especialmente en las zonas de conflicto. Mientras que los otros pasan muchas horas incapaces de saludarse y de tomar decisiones prácticas; casi sin querer, la Unión se está convirtiéndose en el mejor árbitro de los conocimientos de los Derechos y Libertades de las personas en el mundo; y de hecho, es el único Estado que a pesar de las dificultades internas existentes como cualquier Estado, sabe atender a los inmigrantes, les cobija a los refugiados políticos y les permite circularse libremente. Es la mayor residencia de los refugiados de los continentes principalmente africanos y sudamericano; en la sociedad europea, la prensa es variada, plural y objetiva, en ella los gobiernos no ejercen influencia alguna.
Mientras que Europa se convierte en una sociedad plural, y en la potencia mundial referente en economía, en energías renovables, en cambios climáticos, en la predicación de la paz y la igualdad, en el respeto de las libertades individuales y en política exterior, todo esto y más, sin elogios personificados, bajo un solo techo y con variedades de pilares, razón de su existencia; su vecino del ser se halla perdido en un pequeño lago incapaz de resolver sus problemas internos. Ahora que los europeos han constituido un Estado Magno Federal con todos sus propósitos, con un gobierno representativo común, también se ha hecho grande con su poder económico y financiero; esto sí, con el permiso de los EE.UU.
Como se puede comprobar con los antecedentes existentes, lo consumido hoy, la europeización en el S.XXI, no es idea nueva, sino un proyecto que lleva miles y miles de años. Proyecto que en la política exterior, Europa pretenderá dominar la máxima extensión del mundo con audacia; la Unión, evidentemente, no podrá dominar el Este, su vecino hermano; ni a los EE.UU, su mejor aliado; ni mucho menos a Chica, su principal competidor. Con todos llegarán en acuerdos; pero, por ejemplo para África, lo único a esperar será mandatos, porque la mayor parte de los dirigentes africanos viven del pasado colonial y devorando el presente.
Pues, bien, luego en este sentido, está bien claro que los estadios de juego serán principalmente aquellos espacios por donde la dependencia es muy elevada, aquellos por donde se registra una tasa alta del individualismo, donde los gobernantes y los gobernados son incapaces de concebir proyectos comunes, África.
Se guste o no, para los no europeos por ejemplo, los continentes como el africano siempre pasarán a ser dependientes de Europa. Si existiese duda alguna sobre esta afirmación, basta abrir la historia de las dos últimas décadas para encontrarse con escenas como los juicios a ex dirigentes africanos por Tribunales europeos; los mayores patrimonios de bienes inmobiliarios y económicos de los africanos descansan en los bancos europeos y no los bancos africanos; no existe un Casco Azul de las Naciones Unidas africano en la Unión, como los hay europeos en casi todos los conflictos de nuestro continente.Europa es para los africanos la mirada eterna de los “cristianos esperando la nueva llegada del Mesías”; evidentemente porque su influencia diplomática, económica, industrial, respeto a los derechos humanos y la renovación energética es muchísimo mayor que en África. Con respeto a los diplomáticos, bien es verdad es un principio nato en la diplomacia “vencer, convencer y someter al otro”. Papel que sólo puede ejercer quien se encuentra en mejores situaciones, es decir, el más fuerte, o el más hábil. Europa se ha unido en una sola, para mejorar su vida interna y ejercer su influencia fuera de sus fronteras.
Entre las primeras pretensiones planificadas generalmente con el rifle en la mano, y el proyecto común actual, hay una enorme diferencia, mientras que los primeros pretendieron formar a esta gran Europa, desconociendo el “sentido de la vida de las personas”, por mediación de conquistas, guerras, invasiones y destrucciones, los actuales europeístas lo hacen anteponiendo dichos valores, exaltando las Libertades y reconociendo todo derecho humano, por medio de Convenios y Acuerdos.
A la fecha de hoy, los veintisiete Estados que constituyen la UE, tienen cedido parte de sus facultades, razones de la creación, crecimiento y constitución del “Estado Federal de Europa”; con la designación, en la puerta de la presidencia Española, de dos destacados políticos, elegidos consensuadamente por los representantes de los veintisiete Estados, quienes dentro de poco, asumirán la dirección de la nueva Europa Común.
Europa ha elegido un presidente que es el europeísta belga Herman Van Rompuy, de un país fundador de la nueva unificación europea. Bélgica es un Estado integrado en el proyecto de la Unión desde su fundación; por otra parte, se ha designado un representante de la política exterior común europea, la laborista británica Catherine Anhton. Sus poderes y facultades evidentemente están recogidos en un instrumento legal europeo, el “Tratado de Lisboa”, algo así como decir, la Constitución de Europa. Un proyecto conseguido, no gracias a alguien, sino del esfuerzo de la población europea manifestado por sus gobiernos.
El nuevo Estado Federal tiene en sus haberes, “consolidar su papel en la escena de la política internacional”, en estos momentos en los que se hacen conocer, las potencias emergentes como China, India, Brasil y Sudáfrica están logrando un mayor protagonismo. La mayor referencia de estos Estados es el “gigante asiático”, China, también conocido como la “potencia dormida” cuyo papel influyente está ejerciendo dormidamente por todo el continente africano. Mientras que las potencias la estadounidense y la europea condicionan el desarrollo de los pequeños Estados, a China sólo le interesa hacerse conocer en todas las facetas de la vida de los africanos, principalmente.
En defensa y política exterior, la Unión se compromete en contribuir, con los organismos existentes, para la paz mundial y en estabilizar sus relaciones con “los vecinos del Este” y los Estados del Sur del Mediterráneo. Como es bien sabido, la Unión es el Estado que mayor se ha comprometido en establecer la igualdad como una estrategia del reconocimiento de los Derechos de los Hombres, especialmente en las zonas de conflicto. Mientras que los otros pasan muchas horas incapaces de saludarse y de tomar decisiones prácticas; casi sin querer, la Unión se está convirtiéndose en el mejor árbitro de los conocimientos de los Derechos y Libertades de las personas en el mundo; y de hecho, es el único Estado que a pesar de las dificultades internas existentes como cualquier Estado, sabe atender a los inmigrantes, les cobija a los refugiados políticos y les permite circularse libremente. Es la mayor residencia de los refugiados de los continentes principalmente africanos y sudamericano; en la sociedad europea, la prensa es variada, plural y objetiva, en ella los gobiernos no ejercen influencia alguna.
Mientras que Europa se convierte en una sociedad plural, y en la potencia mundial referente en economía, en energías renovables, en cambios climáticos, en la predicación de la paz y la igualdad, en el respeto de las libertades individuales y en política exterior, todo esto y más, sin elogios personificados, bajo un solo techo y con variedades de pilares, razón de su existencia; su vecino del ser se halla perdido en un pequeño lago incapaz de resolver sus problemas internos. Ahora que los europeos han constituido un Estado Magno Federal con todos sus propósitos, con un gobierno representativo común, también se ha hecho grande con su poder económico y financiero; esto sí, con el permiso de los EE.UU.
Como se puede comprobar con los antecedentes existentes, lo consumido hoy, la europeización en el S.XXI, no es idea nueva, sino un proyecto que lleva miles y miles de años. Proyecto que en la política exterior, Europa pretenderá dominar la máxima extensión del mundo con audacia; la Unión, evidentemente, no podrá dominar el Este, su vecino hermano; ni a los EE.UU, su mejor aliado; ni mucho menos a Chica, su principal competidor. Con todos llegarán en acuerdos; pero, por ejemplo para África, lo único a esperar será mandatos, porque la mayor parte de los dirigentes africanos viven del pasado colonial y devorando el presente.
Pues, bien, luego en este sentido, está bien claro que los estadios de juego serán principalmente aquellos espacios por donde la dependencia es muy elevada, aquellos por donde se registra una tasa alta del individualismo, donde los gobernantes y los gobernados son incapaces de concebir proyectos comunes, África.
Se guste o no, para los no europeos por ejemplo, los continentes como el africano siempre pasarán a ser dependientes de Europa. Si existiese duda alguna sobre esta afirmación, basta abrir la historia de las dos últimas décadas para encontrarse con escenas como los juicios a ex dirigentes africanos por Tribunales europeos; los mayores patrimonios de bienes inmobiliarios y económicos de los africanos descansan en los bancos europeos y no los bancos africanos; no existe un Casco Azul de las Naciones Unidas africano en la Unión, como los hay europeos en casi todos los conflictos de nuestro continente.Europa es para los africanos la mirada eterna de los “cristianos esperando la nueva llegada del Mesías”; evidentemente porque su influencia diplomática, económica, industrial, respeto a los derechos humanos y la renovación energética es muchísimo mayor que en África. Con respeto a los diplomáticos, bien es verdad es un principio nato en la diplomacia “vencer, convencer y someter al otro”. Papel que sólo puede ejercer quien se encuentra en mejores situaciones, es decir, el más fuerte, o el más hábil. Europa se ha unido en una sola, para mejorar su vida interna y ejercer su influencia fuera de sus fronteras.
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